Cuando hasta ahora todo hace pensar que ingresó más gente que la cantidad para que estaba habilitado el predio; cuando los números del negocio no están claros y las responsabilidades se reparten y, fundamentalmente, cuando hay muertos y heridos, continúan las preguntas sobre las causas de lo que sucedió en el recital del Indio Solari.
“No me explico cómo sucedió esto, cuando se trataba de un espectáculo tan preparado y con una organización que tiene tanta experiencia. Es extraño. Se habla de cantidad de gente que uno no imagina, 300.000, 400.000 personas”, reflexionó el líder de Karma Sudaca, Tony Molteni. “Nosotros hemos participado en el Cosquín o el Pepsi Music donde había miles y miles, pero el tema de las normas, que sean claras, siempre lo exigimos. Debe haber tantas personas por metro cuadrado, tanta distancia entre el escenario y el público, en fin, son muchas las cosas que pensar y decidir”. Finalmente, Molteni admitió que la gente siempre quiere estar adelante y a veces no se puede impedir.
Entre otras medidas, las generales son los cacheos, las vallas, los espacios y distancias, temas que forman parte de un verdadero estudio.
“Creo que no estamos capacitados como productores y mucho menos como público para poder participar de un evento así, en un espacio tan grande. En este caso no se puede hablar de desorganización; es muchísima gente y por la euforia que el artista genera no se la puede controlar, cualquiera sea el operativo de seguridad”, opinó el productor Lucas Salinas, que llenó Villa Luján con la presentación del Pity Álvarez. “Aunque no hubo tragedia en Villa Luján, tampoco pude controlar la gente de la manera en la que estaba planeado. Contraté el mejor equipo de seguridad del país y sin embargo, al estar agotadas las entradas, no se pudo evitar los disturbios en la puerta”.
En relación al recital del Indio Solari, Salinas dijo: “lamentablemente, la gente que conoce de eventos, cuando ya se sabía la convocatoria que tendría este show, creía que era de esperarse que pase algo así”.
Problema físico
Para Gabriel Fulgado, sin embargo, el gran problema fue el espacio. “Por más que todo haya funcionado a la perfección, que no haya entrado más gente que la habilitada, que la seguridad haya trabajado bien, etcétera, hay un problema físico central. Estamos hablando de un enorme campo, una gran superficie plana, sin subdivisiones y encima con torres en distintos sectores, que impiden una disparada. ¿Cómo hacés para controlar la gente que está codo a codo, hombro a hombro? Creo que el problema fue ese: se hizo en un espacio no apto para ese recital. Cuando es tan enorme, tan gigante, todo pasa a depender de la conducta humana. Y muchas veces ocurren problemas que se crean aún sin intención, y después no se pueden frenar porque se generalizan”, describió el productor.
Músicos y productores coincidieron que en distintas oportunidades, se decide abrir las puertas, porque tan peligroso es tener miles de personas fuera, que presionan, que tenerlas en el mismo campo.